Me sorprendió recibir un trato tan cordial como el que hoy encontré de la mano de Ricardo Andión, que desde una de las dos tiendas que Años Luz tiene en Madrid, tuve ocasión de visitar. Primero de todo, por ese interés verdadero de complacer la curiosidad y aprecio por la belleza de los visitantes y en segundo lugar, por ese proyecto tan maravilloso como apasionante en el que desde hace unos años, se han embarcado, como es el mostrarnos a través del diseño más vanguardista y la innovación de lámparas importadas, así como en la simbiosis entre la luz y las formas, un mundo inspirador en el campo de la iluminación.

Es ese el verdadero talento de un buen profesional, saber dar a conocer un producto a un cliente, haciéndole sentirse el protagonista de toda la razón de ser de un proyecto y haciéndole partícipe también, de ese entusiasmo de la que toda actividad comercial debe ir acompañada.

He conocido tres importantes «contribuciones», en las que Años Luz está aportando algo muy diferente e innovador. La primera de ellas, es su esfuerzo constante en traer y comercializar obras que son únicas, verdaderos objetos de culto, diríase que son casi esculturas, pero recreadas en la luz. Este es el caso de la colección AQUA de la artista israelí Ayala Serfaty. Su aportación al mundo creativo no puede ser más sugerente. ¿Qué podríamos dilucidar cuando vemos esas formas, que afirmaríamos que son casi orgánicas, o quizás espirituales?. ¿En qué visión de la naturaleza podríamos pensar que fueron iluminadas?. Parecen comunicarnos una candidez y una cercanía difícil de explicar. Quizás la clave resida en ese mensaje tan claro, que por obvio se olvida, que muestra su forma extendiéndose desde el centro hacia alrededor. Es enigmático, porque despierta o remueve imperceptibles hilos invisibles en nuestra alma. Sin duda, esta es una gran apuesta que rompe con los esquemas de lo que se comercializa en iluminación.

La segunda contribución es que Años Luz ha sido finalista junto con otras dos firmas internacionales, para presentarse a la licitación de la iluminación de la Biblioteca Nacional de Londres. Todo un logro de una firma que ha apostado por pensar en grande para llegar lejos, como una manera, la única si cabe, la del esfuerzo, de mantenerse en la excelencia, a pesar de que todas las lámparas y objetos de iluminación que venden en sus tiendas son casi enteramente importados. Pero esta selección en uno de los concursos más relevantes, no es fruto del azár, sino de una larga trayectoria de trabajo bien hecho en hoteles, empresas, organísmos públicos, instituciones deportivas, que avalan su prestigio.

Y la tercera contribución es el espaldarazo al «Ojo Mágico«, Magic Eye en sus siglas en inglés, que ha revolucionado el mundo de la iluminación de las exposiciones. La Fundación Mapfre, ha usado esta técnica iluminativa en numerosas exposiciones de pintura que se han celebrado en Madrid y lo que conseguimos con ello, es resaltar la obra pictórica, como nunca se había conseguido antes, en entornos expositivos y salas donde la luz natural no puede suplir la luz artificial de los focos.

He disfrutado mucho contemplando estas fabulosas propuestas que Años Luz nos ofrece en un ámbito tan importante como es el de la iluminación, esencial para mantenernos en un estado anímico elevado o armónico en nuestros hogares o en las estancias en donde trabajemos o estemos de paso. La iluminación marca una gran diferencia y hay que pensar en ocuparse de ella tanto como nos ocupamos de una buena alimentación o de nuestra salud, porque influye poderosamente en nuestro estado de ánimo y bienestar físico.

Podéis obtener más información sobre Años Luz, Iluminación de Vanguardia en su página web:

http://www.anosluziluminacion.es/

Pero sin duda os aconsejo visitar sus dos tiendas en Madrid. Es un buen Post, éste de Años Luz, para finalizar este año 2013. Deseémos que el 2014, sea un año más luminoso para todos.