Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha sabido sacar provecho de lo que la naturaleza le ofrecía pasando de una economía de subsistencia en la agricultura y la caza a otra de intercambio a través del comercio, que logró revolucionar su modo de vida. Pequeños grandes pasos que se dieron que nos han conducido hasta la realidad actual en la que vivimos ahora en muchas partes del mundo.
No ha sido así aún en el continente africano y esto tiene mucho que ver con que unos pocos seres humanos, llenos de codicia, han robado y atesorado la riqueza de una gran mayoría. No se explica que en una era de adelantos tecnológicos, África esté en tal grado de atraso, que a cualquier ser humano del mundo desarrollado le impele en su conciencia actuar y reclamar que esta situación se dé por finalizada.

Raza Bovina Berrenda en Colorado, en peligro de extinción.
La agricultura y ganadería han sido ejes vertebrales de cohesión del territorio hasta hace bien poco, generando riqueza y expandiéndola a través de los llamados caminos de trashumancia. Es una actividad que se ha convertido también en componente cultural, dado todo lo que forjó detrás de sí. En España, la herencia de la tauromaquia.
«La deforestación para el cultivo de pastizales, la contaminación del agua y el excesivo uso de la misma, supone sin olvidar otras de igual importancia, una de las mayores amenazas de la ganadería al medioambiente»
Ahora el campo está amenazado por el abandono de sus pobladores, que cada vez más abandonan sus pueblos y tierras en busca de un futuro lleno de espejísmos en las grandes ciudadades. Se han hecho estimaciones de que en el año 2050, más del 70% de la población mundial vivirá en las grandes ciudades. Evidentemente algo falla aquí por parte de los gobiernos sobre la gestión del territorio, porque las ciudades no pueden polarizar a toda la población de un país ni es deseable. Cae por su propio peso. Ni siquiera la mecanización del campo, justifica el abandono de grandes extensiones del territorio.
No sabemos con certeza cual será el futuro de esta ganadería, dado que la misma se ha clasificado como un sector no sostenible por la cantidad de agua y forraje que requiere la producción de la carne.

Raza «Charolesa», considerada una de las mejores productoras de carne.
Pero no sólo este consumo de agua y forraje es insostenible, sino que la ganadería lleva asociada a ella un gran impacto medioambiental sobre la capa freática, contaminando con antibióticos, hormonas y productos químicos, así como con compuestos orgánicos y purines, los acuíferos. Se han ido ganando terrenos a costa de la biodiversidad y los bosques, para el cultivo de este forraje para alimentar a la cabaña ganadera. Añadamos que alrededor de un 18% de los gases de efecto invernadero son producidos por la ganadería, también relacionada con la emisión de dióxido de carbono y metano que contribuyen a aumentar al temperatura del planeta.
«La agricultura y la ganadería son la fuente de riqueza de la actividad económica de los pueblos. Asociadas a ellas, están otras actividades como la apicultura, la artesanía, el turismo rural y las tradiciones culturales»
Pero sería injusto achacar única y exclusivamente a la ganadería estos males, dado que las aguas residuales urbanas, también contaminan grandes extensiones geográficas (la mayoría de las ciudades carece de depuradoras), los resíduos industriales y mineros, los pesticidas y fertilizantes agrícolas, los vertidos del petróleo y la contaminación humana con la dispersión de plásticos. Estos son sólo unos pocos…

Cabra autóctona de la Sierra de Guadarrama. En peligro de extinción.
Está claro que nuestro modo de alimentarnos y nuestro modo de vida debe de cambiar si tenemos pensado legar un planeta habitable a las futuras generaciones.
Viendo las diferentes razas de ganado vacuno y bovino, no cabe duda de que es una inmensa riqueza biológica que debe de ser protegida y no condenarla a la extinción.
La Agenda Global para el Desarrollo Sostenible Livestock, va en la buena dirección recomendando:
- Cambios en el sistema productivo, que garanticen un mejor uso de los recursos naturales y mejoren la seguridad alimentaria.
- Gestión y manejo adecuado del cultivo de pastos para proteger los suelos, los recursos hídricos y la biodiversidad.
- Uso del estiércol para obtener energía y nutrientes de forma controlada.
- Coexistencia de la ganadería con la biodiversidad y protección de los suelos para evitar el impacto de la misma.
La ganadería es muy valiosa para muchos pueblos que hacen de ella un medio para su subsistencia, pero no obstante a ello, hemos llegado a un nivel de conocimiento, en el que no aplicar una gestión responsable y técnicas de producción sostenibles, nos coloca en una posición de gran insensatez.

No hay una agricultura «ecológica», sino una permisividad a las prácticas de una agricultura no sostenible. Exijamos sentido común frente a la irracionalidad mercantilista. El uso de pesticidas y fertilizantes que atentan contra nuestra salud, debe de quedar fuera del marco legal actual en la seguridad alimentaria.
Resulta absurdo oír denominaciones como «agricultura ecológica», cuando la agricultura debería de ser ecológica de principio a fín. Estamos permitiendonos entrar en el juego de terrenos fangosos en cuanto a dar via libre para alimentarnos según diferentes patrones de calidad.
RECUPERAR EL CAMPO. EL CAMINO DE LA AUTOSUFICIENCIA.
Las ciudades se han convertido en ratoneras, en las que cada vez más, se está poniendo en entredicho la calidad de vida de sus habitantes, con un alto índice de desempleados, contaminación, estrés, alta exigencia, ruído, precios abusivos de alquiler. Desde las administraciones públicas, hay que incentivar la vuelta al campo, a la naturaleza, para que muchos pueblos interiores vuelvan a renacer. Esta sería una política adecuada al desarrollo sostenible que se requiere en nuestra economía. Hay que dar paso hacia la autosufuciencia alimentaria, dando formación para realizar proyectos agrícolas a pequeña escala. Las pequeñas producciones serán vitales para reducir el impacto de la superpoblación.
ACTUALIZACIÓN:
Por primera vez, en el curso académico de 2017 /18, se va a impartir formación agropeacuaria en la Formación Profesional para la obtención del titulo de Técnico en Producción Agropecuaria. Vamos por el buen camino!.
LA PECUNIA Y EL CAPITAL
El ganado ha sido siempre una referencia de valor y su posesión implicaba riqueza. La palabra latina «pecunia», riqueza o dinero, deriva de «pecus», ganado, mientras «caput», cabeza de ganado, ha dado origen al término «capital».
Fue una de las formas más antiguas de dinero en Roma y en la Atenas del siglo V a.C., donde las multas aún se fijaban en bueyes y carneros. Más recientemente , algunos pueblos pastores de África los usan para pagos matrimoniales y deudas de sangre. Aunque el ganado vacuno fue el más extendido, también se han utilizado caballos, ovejas, cabras, cerdos y aves, así como pieles, dientes y plumas.
Museo de la Moneda. Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
DOCUMENTO: SOS MUNDO RURAL.

La gallina castellana, introducida por los árabes en la península, se encuentra en peligro de extinción. Esperemos que las explotaciones de avicultura, apuesten decididamente por ella.
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