El Hombre Libre.

Que terrible experiencia la del ser humano, viviendo en un mundo creado por otros seres, en el que de manera repetida es vapuleado por las fuerzas que le subyugan. Esa lucha, sigue una y otra vez, zozobrando su corazón y llevándole a los más oscuros abismos. La muerte llega a convertirse en una liberación, pero esta idea es engañosa, porque detrás de la máscara humana, se esconde un Ser inmortal. Han usurpado su energía creativa, con obligaciones como la necesidad de obtener recursos para su mera supervivencia, no dando oportunidad a que el ser humano, pueda expresar y manifestar todo su esplendor. Hay que hacer un verdadero ejercicio de rebeldía, para llegar a donde otros no llegaron por miedo. Pero las puertas han estado abiertas desde los tiempos pretéritos para quien con seriedad y disciplina, haya buscado el reino de las luces, donde las sombras no existen, porque la misma desnudez del alma, no deja recovecos para esconder nada.

«Si no somos dueños de nuestro presente, nuestro futuro además de ser incierto e inquietante, nos vendrá impuesto para perpetuarnos en la esclavitud».

La ayuda de seres más evolucionados que nosotros, ha estado ahí en todo momento. Es cuestión de conectar, de sintonizar, de elevar la vibración de nuestra conciencia, lejos de la manipulación de las religiones con sus dogmas y creencias supersticiosas y de la ciencia, sometida a los intereses del poder en las sombras. Esta conexión con lo superior, ajena en muchos casos a la religión, porque ésta es antagónica con la propia libertad de la conciencia humana, es la que nos conduce a la esencia del ser humano. No hay muros que puedan frenar esta elevación, porque traspasa las dimensiones en las que se desarrolla la vida humana.

El Grito

La obra «El Grito» del pintor noruego Edvard Mundch, refleja como pocas, el desgarrador estado anímico que puede llegar a alcanzar el ser humano, cuando le sobrepasan los acontecimientos externos.

Frente a esta devastación de la manifestación del sufrimiento del ser humano, que se hace palpable con más intensidad conforme se eleva la conciencia de la Humanidad, tenemos el mandato de transmitir un fuerte mensaje de unidad en valores como la compasión, el bien común por encima del interés egoico de unos pocos, la transformación personal para cambiar las lineas de acontecimientos futuros y la firme convicción de que podemos crear otra realidad mucho mejor que la que tenemos, en donde toda la energía humana para crear, ha sido monetizada y por tanto empobrecida.

«Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar. Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que gracias al consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre»

Aldous Huxley. «Un Mundo Feliz». (1932)

Qué podemos decir del gran desafío que la inmensa bóveda celeste representa para el ser humano. El universo es un hervidero de vida. Debido a la violación que se produjo del principio de no injerencia por parte de algunas civilizaciones más avanzadas que la nuestra, pero con oscuros intereses en la Tierra, la revelación de la existencia de otras civilizaciones, es cuestión de que se produzca en poco tiempo y supondrá un antes y un después en nuestra Humanidad. Será su definitiva madurez, con la participación de pleno derecho como integrante de la gran federación galáctica.

Cielo estrellado

 

Trabajemos en nuestra conciencia, para liberarla de las cadenas a la que ha sido forzada a someterse. El gran y poderoso secreto es que, en cualquier instante de esta aventura humana, la conciencia humana, puede traspasar el miedo, y renacer, desplegando toda su esencia divina. ¿No es acaso esto un motivo para estar siempre eufóricos?. Somos poderosos!!.

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