En mi anterior Post me he referido al Pacto Transatlántico, muy por encima, sin detenerme en las grandes cuestiones que hacen de él, una bomba para los estados que integran la Unión Europea.
Francamente, en mi caso como europeo, me produciría una gran sorpresa que nuestros representantes europeos en el Parlamento Europeo, estén negociando un tratado de esta naturaleza, que va en contra de los intereses europeos y de las normas de protección al consumidor, si no fuese, porque intuyo en qué arenas movedizas se están moviendo las más altas instituciones de la Unión Europea. Pero está claro, que la imposible manipulación de la opinión pública de los 28 países que componen la Unión Europea, va a ser una garantía de primer orden, para que este tratado de comercio lleno de chantajes e imposiciones, no encuentre su feliz término para el gobierno americano.

El G-8 ya está pensando en crear su propia moneda común. Si lo están concibiendo, lo harán finalmente. El paso de unificar las economías, es un paso fundamental en la dirección de crear el «Nuevo Orden Mundial». A la vista de estas evidencias, todas las hipótesis deben ser tenidas en cuenta. Como la confrontación ficticia entre países, aparentemente irreconciliables.
Esta es precisamente la fuerza de Europa. Sus pueblos, su diversidad cultural, su idiosincrasia, el humanísmo tan arraigado en su naturaleza vital. Desde las altas instancias europeas, donde la democracia brilla por su ausencia, insisten una y otra vez en la consecución de la unión política de Europa. Pero, digámoslo bien claro. Esa unión política, sería la muerte de Europa tal y como hoy la conocemos. Todas las disposiciones y políticas europeas, van encaminadas en la dirección de quitar soberanía a los estados que los integran. Por esta razón es tan complicado y hasta cierto punto utópico el sueño europeo.
Grecia está dando un ejemplo de soberanía para romper con la dictadura de la usura financiera en sus más altas cotas, que los bancos han impuesto a medio mundo a través del endeudamiento. Es ese endeudamiento que Grecia tiene, el que ahora en un ejercicio de audaz determinación para sacar al país adelante, los griegos van a auditar para conocer de primera mano, quienes se están beneficiando del colapso económico griego y hacia qué conexiones de corrupción de terceros, puede conducirles su exhaustiva auditoria. Si realmente existe usura en los préstamos concedidos, no se pagarán.
Abrámos la tripa del cadáver lleno de virus mortales, que nos han dejado en la mesa con el Tratado Transatlántico y focalicemos con toda la intensidad de una luz sin sombras, toda la podredumbre.
El tratado, puede ser desmenuzado en tres partes:
SOBRE BARRERAS TARIFARIAS Y ARANCELES.
Enmarcaríamos aqui la bajada de aranceles y cuotas, impuestos aplicados a la entrada de productos americanos, con el fín de proteger a la economía europea de una competencia que rompa las reglas de su propio mercado. También, se modificarían las leyes que en materia medioambiental, no permiten que se importen semillas modificadas genéticamente, o productos cárnicos tratados hormonalmente. Para la salud de los ciudadanos europeos, la importación de productos americanos de esta naturaleza, va a suponer si se lleva a cabo, una cuestión de pura supervivencia, en la que cada vez, va a ser más dificil encontrar alimentos libres de cualquier manipulación en un laboratorio y en donde van a aparecer nuevas enfermedades que ahora no son comunes.
SOBRE ASPECTOS DE ORIGEN LEGISLATIVO.
No deja de ser importantísimo el aspecto legislativo, que sería el segundo aspecto del tratado, ya que se van a conculcar y violar leyes que están en vigor y que persiguen garantizar la seguridad alimentaria de todos los ciudadanos europeos. En este tratado incluso, se permite revisar leyes europeas, que ya han sido aprobadas y están en vigor, modificándolas para adaptarlas a los intereses corporativos.
Conscientes de la dificultad que supone cambiar leyes que ya están aprobadas, el juego más peligroso de este tratado, va a introducir cláusulas que comprometerán en el futuro la aprobación de cualquier medida posterior en la legislación y normativas europeas, allanándo el camino para que las multinacionales americanas, no puedan verse afectadas por ellas. La chulería de estos individuos, por no llamarlos de otra manera, pretende que los europeos aceptemos, a través de los llamados instrumentos ISDS y el Consejo de Cooperación Reguladora (tomen nota de ello), que toda nuestra normativa y leyes futuras se vean afectadas en su desarrollo, en función de si afecta o no a los intereses de las empresas americanas, atentando contra la propia soberanía de los estados en la adopción de la toma de sus decisiones legítimas y soberanas.
EL TERCER ASPECTO DEL TRATADO: ISDS Y EL CONSEJO DE COOPERACIÓN REGULADORA.
El instrumento ISDS, autoriza a las multinacionales americanas y conglomerados industriales a ser indemnizadas por la Unión Europea, cuando una medida o normativa europea nueva, cause algún perjuício en los intereses de estas empresas americanas. Persíguen que la Unión Europea no legísle en cualquier materia contraria a los intereses europeos. Directamente es así, aunque no lo digan, porque la aplicación del ISDS, supone un efecto intimidatorio y un coste económico en quienes tienen que legislar. Este instrumento es inaceptable y si quienes están en la poltrona europea representando los intereses de los europeos, aceptan sentarse a negociar bajo estas condiciones de imposición, podemos pensar con razón, que en la Comisión Europea, hay un grave problema de legitimidad europea. Sencillamente no nos representan.
Otro aspecto que el ISDS pretende regular es el de los contenciosos entre las empresas americanas y europeas, colocando al poder judicial de los estados, al margen de cualquier intervención en la resolución de los conflictos, creando la figura de un árbitro privado vinculante para las partes.
Pero pensemos que finalmente el ISDS fuese retirado del supuesto tratado. Es evidente que, bajo mi punto de vista, ese tratado ha comenzado con muy mal pie y bajo unas condiciones de desigualdad e imposición a la que este país nos tiene tan acostumbrados en medio mundo. Más bien, pareciera ser una táctica de distracción para introducir el verdadero instrumento protagonísta del tratado: el Consejo de Cooperación Reguladora.
EL CONSEJO DE COOPERACIÓN REGULADORA.
Resumidamente, es el instrumento que permitirá que estos chorizos estén siempre presentes en la sombra, a la hora de aprobar cualquier normativa europea, ya que este instrumento va a condicionar siempre, el que no se aprueben regulaciones europeas que puedan causar un impacto sobre el comercio, los beneficios y las inversiones americanas. Este instrumento afectaría a todos los ámbitos regulatorios. Incluído el laboral.
El CCR va a convertir a las multinacionales americanas en un lobby de presión institucionalizado con este tratado, que permitirá que se ejerza en todos los órganos de gobierno europeos en donde se toman las decisiones que afectan a los europeos, una influencia que no le corresponde a Estados Unidos sobre los destinos de Europa. Cualquier norma europea que fuera en contra de los intereses de este país, podría ser incluso vetada.
No sólo este tratado es de una indecencia impresentable para todos los europeos, sino que la actuación totalmente opaca de quienes nos representan en la Comisión Europea, negociando de forma casi secreta y a puerta cerrada el mismo, no puede ser considerada más que de una total deslealtad y de alta traición a todos los europeos.
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