
«Primero vinieron a por los judios y yo no dije nada porque no era judio, luego vinieron a por los comunistas y yo tampoco dije nada porque tampoco era comunista; más tarde vinieron a por los sindicalistas, y yo tampoco dije nada, porque no era sindicalista; finalmente vinieron a por mí y ya no habia nadie que hablara por mí».
Pastor Martín Niemueller. Activísta alemán antinazi.
Bochorno, es lo que causa, el comprobar como FRANCIA, RUSIA, Y ESTADOS UNIDOS finalmente, han bloqueado en el Consejo de Seguridad de la ONU, una propuesta para que los cascos azules que actualmente están en el Sahara Occidental, puedan supervisar en su labor, el respeto a los derechos humanos en la región. No desean verse envueltos en un verdadero escándalo internacional, por las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en el Sahara Occidental, porque ello implicaría cambios significativos y el status quo con Marruecos hay que mantenerlo a cualquier precio, incluso cerrando los ojos al vil verdugo. No hay que olvidar que la postura, obedece a las estrechas relaciones políticas que actualmente mantienen estos países con el Reino de Marruecos. El asunto es que si a Vds. no les interesan los derechos humanos, habrá que plantearse qué cometido tienen los cascos azules allí. ¿ Qué salvaguardan ?. Desde luego, la paz no!.
Marruecos se está convirtiendo en el niño caprichoso para Europa y EE.UU. al que se le permiten prebendas sin tener ningún compromiso en el avance de la resolución de la autodeterminación del pueblo saharauí, un territorio bajo el que España estuvo presente como potencia colonizadora desde 1884 y que de mala manera entregó a Marruecos y Mauritania, en los llamados Acuerdos Tripartitos de Madrid del 14 de noviembre de 1975 del gobierno de Arias Navarro, en los que se cedió la administración del Sahara Occidental. La presión de Marruecos sobre este vasto territorio no se hizo esperar y en 1975, el entonces rey de Marruecos, Hassan II, lanzó la llamada «marcha verde», para intentar legitimar la soberanía sobre este territorio. El Sahara Occidental posée uno de los mayores depósitos de fosfatos del mundo, sin olvidar que su costa es una privilegiada zona de recursos pesqueros. Los intereses económicos en la zona son muy altos y desde la ocupación marroquí, la explotación de los mismos ha ido ignorando a los verdaderos legítimos dueños de estas riquezas.
España tiene la obligación moral, política e histórica de hacer valer sus postulados y defender que se respeten los derechos no sólo humanos, sino de independencia del pueblo saharaui, reconocidos en el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya en 1975. Con valentía y liderazgo, independientemente de las posiciones que otros países como Francia o Estados Unidos, tengan respecto a este conflícto. Pero no sólo eso, sino dejar bien claro de una vez por todas ya de paso, los derechos históricos, que no coloniales de Ceuta y Melilla, para despejarle con firmeza al Reino de Marruecos, sus ansias anexionístas territoriales al márgen de todo el derecho internacional. Esa es la voz clara que debe de hacerse oir desde el pueblo español. Lamentablemente, no está sucediendo así; los gobiernos, no suelen ser fieles a quienes representan y el peso de las relaciones comerciales y de «amistad» entre países, domina más que anteponer los derechos de un pueblo perdido en el desierto. Así es la política de la mediocridad y la incoherencia en la que nos movemos: servir a la vez a dos postulados diametralmente opuestos, para no avanzar en ningún sentido y no tener una posición determinante que comprometa las relaciones económicas y políticas. ¿No les resulta familiar y hasta repetitiva esta postura en los territorios ocupados de Palestina, con parecidos actores y muro incluído?.
Hay una importante carta que España debe de jugar y reservarse en su caso. Sin soberanía no hay administración que valga. España no ha cedido su soberanía sobre el territorio, sólo su administración. A efectos jurídicos, la soberanía sobre la región sigue siendo española y por tanto el papel de España en este conficto es determinante. Algo sigue fallando en los política practicada, legislatura tras legislatura, por el gobierno español, con ambigüedades, tibiezas e indefiniciones, tan lejos de las claras y constantes muestras de apoyo de todo el pueblo español hacia el pueblo saharauí. Necesitamos una posición firme y diferenciada de España en este conflicto, al margen de cualquier interés geopolítico o económico. Esta posición, ni es segura, ni políticamente aceptable, ni recaba las simpatías de muchos países amigos, pero debe de ser adoptada, porque es la correcta. La injusticia en cualquier parte, es una amenaza a la Justicia en todas partes (Martín Luther King).
Se ha hablado poco de que los ciudadanos autóctonos que habitaban en el Sahara Occidental cuando se produjo la «marcha verde», eran ciudadanos con documentación española que fueron obligados a exiliarse en Argelia. El éxodo de la población originaria se produjo bajo la presión del ejército marroquí, que no dudó en bombardear la zona con fósforo y napalm, con consecuencias espantosas para la población. El ejército marroquí sigue llevando a cabo una brutal represión en la zona. Las noticias sobre la tortura, el encarcelamiento, el asesinato y la desaparición de saharauis por motivos políticos, actualmente es constante, pese a que la prensa internacional tiene vetada su presencia en la zona. Un pueblo, que no ha cometido otro delito que defender su identidad diferencial y su legítimo derecho a vivir en su propia tierra, ante el invasor que quiere apropiarse de su territorio.
Es necesario afrontar con responsabilidad la resolución de todos los conflictos y dejar de poner trabas y subterfugios a los problemas, para solventarlos con el arma más eficaz que existe: la verdad. Por tanto, ni siquiera un referendum está legitimado para decidir una cuestión que no admite otra discusión que la independencia del Sahara Occidental y la retirada de todos los asentamientos marroquíes, recibiendo al Pueblo Saharauí como nueva nación africana, reconocida y apoyada por un gran número de países y plenamente integrada en el escenario internacional. No se pueden ningunear los derechos y el destino de un pueblo masacrándolo.
En 1980, Marruecos empezó a construír un nuevo muro de la vergüenza, asesorado en seguridad por israelíes y con tecnología americana. Superior en la actualidad a los 2.700 kms. garantiza que sólo Marruecos pueda acceder a los recursos de fosfatos y a explotar los recursos marinos, bajo la pretendida excusa de la protección de ataques saharauis. La invasión del territorio saharaui, es hoy un hecho consumado con la connivencia e hipocresía de la comunidad internacional, inoperante en la defensa del pueblo saharauí, pero activa en el robo y saqueo de sus recursos. Deseamos de corazón, que pronto os liberéis del yugo de la injusticia y la opresión. Nuestra determinación y propósito para que así sea, están con vosotros.
Actualmente el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos, está interrumpido por la controversia surgida en el seno de la Unión Europea, sobre la cuestión del Sahara Occidental. Muchos paises del norte de Europa, con una visión más realista de los problemas, están preguntándo en qué beneficia este acuerdo a la población autóctona y sobre qué bases se está garantizando el respeto a los derechos humanos. Por una vez, la falta de una voz única en el seno de Europa, es positiva.
Podemos ver la Luz que brilla a lo lejos para abrazar a nuestra Tierra,
la llamada a todas las naciones, donde los niños puedan jugar en un mundo sin guerras,
donde estemos con nuestras manos juntas, frente a la gracia de la creación,
donde los rios corran limpios entre los bosques verdes,
donde las ciudades se eleven hacia los cielos claros de la Libertad.
Digamos a nuestros corazones, cantemos a la armonía y el amor para siempre
y que el planeta donde nacimos, sea bendecido con paz sobre la Tierra.
We can see the light that shines from afar to embrace our Earth,
the call to all nations, where children can play in a world without war,
where we are with our hands together in front of the grace of creation,
where the rivers run clear between green forests,
where cities rise to the clear skies of Liberty.
Let our hearts sing to harmony and love forever
and that the planet where we were born, be blessed with peace on Earth.