Quiero Volver!

Cliff House. Destruído por el fuego el 7 de septiembre de1907, en San Francisco. California.
Cliff House. Destruído por el fuego el 7 de septiembre de 1907, en San Francisco. California.

Nunca dejo de sorprenderme ante la belleza. Está en todos los lados hacia donde miremos. Es fascinante y contínuamente nos invita a pensar en este maravilloso planeta en el que hemos tenido la suerte de nacer.

Al descubrir algunas de las fotografías en color que se hicieron por primera vez en América, de la mano de la Detroit Photographic Company, un fondo fotográfico que reúne más de 100.000 fotografías que abarcan desde 1888 a 1924, uno queda magnetizado por la singularidad de esas imágenes, que logran extrañamente transmitir algo más que el testimonio de una época irrepetible en la que el progreso y el desarrollo industrial empezaban a despuntar. Parecen poseer el poder de transmitir el alma de los lugares en los que fueron fotografiadas. Están llenas de magia. Diríase que es como tener el privilegio de asomarse al pasado a través de una máquina del tiempo. Y pensándolo detenidamente, es un verdadero viaje al pasado!.

Una importante colección de estas fotografías, se reprodujeron en color por primera vez con los llamados fotocromos, usando la técnica de la fotolitografía cuyos orígenes provienen de una compañía suiza llamada Photoglob Company y que comenzó a utilizarse a partir de 1895. Esta técnica permitía obtener copias en color en serie a partir de un negativo en blanco y negro. Los temas que abarcan son amplísimos: escenas urbanas, etnias, paisajes, arquitectura… y suponen un testimonio histórico único y sin precedentes probablemente en el mundo.

Como decía, la técnica de fotocromo fue inventada en Suiza. Es posible que indagando a fondo, encontremos nuevas y estimulantes imágenes provenientes de Suiza*, pero este tesoro de esta época concreta de la historia de Norteamérica es inigüalable. Apunto a algo más incluso. La compañía suiza, Photoglob Company, fundada en 1889, creadora de este proceso de fotolitografía, empezó a abrir sucursales independientes por toda Europa, destacando el éxito de la filial londinense. En base a estos hechos, deben existir reposando en algún lugar de Inglaterra, unas fabulosas fotografías de la ciudad de Londres de aquella época.

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De la colección de Marc Walter. Publicada por la editorial alemana Taschen en su obra «An American Odyssey»

Fruto de este importante éxito de la filial de Londres, se creó la companía a la que me he referido antes, la Detroit Photographic Company en Estados Unidos. El importante fondo fotográfico que reunió, se debe en gran parte a la contratación por parte de la D.P.C. del fotógrafo William H. Jackson, quien viajó por gran parte de los Estados Unidos e incluso a algunos países de Asia. La D.P.C. editaba ya en 1903 sus primeras postales, aprovechándo el bajo coste de los sellos de correos.

No queda ahí la cosa con esta compañía pionera en innovación. Hacia 1912 salió al mercado el llamado «Little Phostint Journeys«, una serie de 40 postales temáticas, que proyectadas en una pantalla, reproducían en grande, impresionantes imágenes con un realísmo nunca visto. La Detroit Photographic Company, se declaró en quiebra en 1924 por una serie de factores, no muy distintos a los que en la actualidad obligan a muchas empresas a cerrar.

WILLIAM HENRY JACKSON A LA BÚSQUEDA DE SUS NEGATIVOS.

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Amsterdam

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Madrid

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El castillo de Neuschwanstein, en Baviera. (Alemania)

Fue en 1936 cuando el autor de una gran parte de los fondos de negativos que la D.P.C. poseía, decidió ir a la sede de la compañía en Detroit, para recuperar lo que pudiera ser recuperado. Sus negativos y los de otros fotógrafos, habían sido adquiridos por el Museo de Henry Ford y otra institución llamada Greenfield Village de Dearborn. Aquí se bifurca la colección, llegando parte de ella a la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en Washington D.C.

Fascinante historia ésta, ¿verdad?. Para terminar, ¡una última cosa!.

*A la pregunta que me hacía sobre si existirían en Suiza unos fondos similares a los del Congreso Americano, os tengo que dar una respuesta afirmativa!: SÍ. En 1974 un conservador de la Biblioteca Central de Zúrich, llamado Bruno Weder, halló los fotocromos que la empresa suiza había donado a la biblioteca municipal en 1914. Componen una gran colección junto con otra colección particular privada paralela: la colección Marc Walter. Esta última ha sido publicada en un libro titulado «An American Odyssey«, por la editorial Taschen.

Es muy posible que otra colección aguarde a ser descubierta en Inglaterra.

Contemplando estas fotografías, siento una profunda melancolía por aquellos tiempos en los que todas las cosas estaban aún por hacer y el mundo tenía más frescura y percepción de aventura. Quiero volver a ese mundo perdido ya en el tiempo, en el que la vida, nunca mejor dicho!, tenía otro color y todo era un misterio. Donde la comunicación entre los seres humanos, existía con mayor intensidad que ahora. Que gran paradoja estamos viviendo!. Nunca tuvimos tantos medios tecnológicos para comunicarnos como en nuestra época actual y sin embargo, que aislados estamos en la comunicación efectiva!.

Nuestro mundo actual, es igual de apasionante por el desarrollo tecnológico experimentado, pero con muchísimos más desafíos añadidos que plantean «gigantescas» preguntas que van más allá de la forma en que hasta ahora hemos entendido el mundo.

Nos encontramos actualmente ante un salto evolutivo que debemos de afrontar con responsabilidad y madurez.