Impresionante y brillante discurso de José Ortega Lara en la manifestación en defensa de las víctimas del terrorísmo y de la Constitución Española.

Jose Ortega

Jose Antonio Ortega Lara

Buenas, tardes, muy buenas tardes a todos:

Muchas gracias por venir a acompañarnos en esta hermosa tarde madrileña. Miren, yo vengo a esta convocatoria, no represento a las victimas del terrorísmo, me represento a mi mismo. Vengo a titulo particular porque el presidente de DENAES me invitó y vengo encantado. Hoy 6 de diciembre, todos conmemoramos el aniversario de nuestra Constitución.

Aún recuerdo cuando yo era joven, a finales de los 70, que estudiabamos su estructura y su contenido: un preámbulo, un título preliminar, 10 títulos con 169 artículos, 4 disposiciones adicionales, 9 transitorias, 1 derogatoria y 1 una final. No sé si lo recuerdan, yo sí que me acuerdo de aquello.

Ciertamente al final de estos 35 años hemos de reconocer que la Constitución ha servido como un instrumento de convivencia para muchos españoles. Pero también tenemos que aceptar que ha sido ninguneada, maltratada, despreciada, vilipendiada e incluso prostituída, pero curiosamente no por los ciudadanos sino por los propios poderes públicos. Entonces, ¿para qué queremos una Constitución?, ¿para acatarla o para divertirnos pisoteándola todos los dias?. Esta Constitución nuestra dice en su artículo 1: España se constituye en un estado social y democrático de derecho, estado social y democrático de derecho. Pues bien, yo me pregunto, ¿cómo protege este estado de derecho a las víctimas que dieron su vida por España y a las víctimas de otros delitos execrables, cuando vemos que los terrorístas son puestos en libertad, como parte de las exigencias que la organización terrorísta ETA impuso al anterior gobierno en «la mesa negociadora», y que el actual gobierno ha aceptado también como compromiso propio contraviniendo sus propias promesas electorales.

Contrasta esta actitud garantista al 150 % y tan comprensiva de los poderes públicos, pues con los terrorístas, con los asesinos, con los corrúptos, con los defraudadores y también con los secesionístas que se autoproclaman enemigos de la nación. Y en el otro lado de la moneda, vemos un trato despectivo y a veces incluso cañita con las víctimas, incluso también con los ciudadanos en general, porque parece que servimos para dos cosas, para votarles a ellos en listas cerradas y bloqueadas que configuran en petit comité y para pagar impuestos.

La afrenta que colma el vaso del pueblo español: terrorístas, asesinos y violadores, excarcelados por una sentencia del Tribunal de Justicia de Derechos Humanos, obedecida como un perro sumiso por el gobierno de Mariano Rajoy.

No tengo ninguna duda, todos lo sabemos, que dentro de los poderes públicos la mayor parte de sus profesionales, son personas honradas y dedicadas a su trabajo. Pero lamentablemente son unos pocos los que resaltan y los que al final, toman las decisiones que nos afectan a todos. Y estos, ya no se conforman con tergiversar las leyes y manipular las instituciones. Ahora incluso se reparten los nombramientos del poder judicial, para de este modo, cerrar en torno así, el círculo, no ya de la inmunidad, sino de la impunidad total, por los casos de corrupción que les afectan hoy y por los que puedan afectarles mañana.

Han terminado, han terminado por convertir la democracia, en una partitocracia, arrogante, dirigida por unas minorias oligárquicas, coactadas, nepotístas, codiciosas, clientelares y corrúptas en definitiva. En este sentido yo también albergué durante muchos años la esperanza de que algún dia cambiarían. Ahora sé que no será así. Nunca cambiarán y no lo harán porque han endurecido su rostro y su alma, hasta convertir la mentira en una práctica cotidiana de la que se retroalimentan y en la que se sienten cómodamente instalados.

Imagen de la manifestación celebrada en el dia de hoy 6 de diciembre en la madrileña plaza de República Dominicana.

Pero nosotros, queridos amigos, nosotros no somos plebéyos, ni ellos son los patricios de Roma. Es necesario recordarles una vez más, que fueron votados para servir a la nación y a los ciudadanos, no para servirse de la nación y de sus ciudadanos. Además, además, disponemos de una magnífica herramienta, para removérles de sus puestos cuando nos traicionan y nos engañan. Por eso, sondearemos nuevas alternativas que nos devuelvan la confianza en el sistema democrático y también, y también y también y también para evitar que este cáncer invada el tejido social y acabe incluso con la existencia de la nación española. Y lo haremos porque quienes aquí estamos, amamos a España y nos identificamos con la causa de los que dieron su vida por ella, no importa si eran hombres o mujeres, jóvenes o adúltos, ricos o pobres, o el color político de cada uno, ¡todos – eran – españoles!.

Y para finalizar, y para finalizar, me dirijo solamente a aquellos que quieran oír y entender, sólo a quienes quieran oír y entender les lanzo una reflexión. Estamos obligados a construír un país con seguridad jurídica, un pais donde las generaciones venideras, puedan desarrollar sus proyectos de vida con justicia y también en libertad. Y una vez más, termino como siempre, reclamando para las víctimas, memoría, dignidad y justicia. Buenas tardes. Muchas gracias.

 

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No podemos quedarnos de brazos cruzados sin hacer nada al respecto.

Esta queja fué remitida al CGPJ a título personal. Debemos utilizar los canales de comunicación al efecto, para hacer oir nuestra voz, hasta que sea tan ensordecedora y difícil de obviar, que obliguen a hacer cambios y se cumplan las leyes.

Al Consejo General del Poder Judicial:

Me gustaría hacerles varias puntualizaciones, sobre los recientes acontecimientos que hemos vivido en el ámbito de la Justicia:

No sólo estoy indignado con los recientes acontecimientos sobre la «doctrina Parot», en el que el gobierno ha perdido toda la confianza de los ciudadanos por someterse a los dictados de un ordenamiento jurídico no propio y en contra de los intereses del Estado y de la ciudadanía; que ha dejado en la calle a terroristas, asesinos y violadores, sino una vez más por la intromisión que los políticos ejercen en los órganos de gobierno del Poder Judicial, violando nuestra Carta Magna, que consagra la independencia del Poder Judicial.

No he oído nada de Vds. defendiendo la libertad de expresión, ante la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que nos ha colocado el gobierno, que coacciona el ejercicio de libertades fundamentales con la aplicación de múltas.

1.- Ejercer la libertad de expresión espontánea, es un derecho irrenunciable para todo ser humano.

2.- Las fuerzas de seguridad del estado deben someterse como todos los ciudadanos, al imperio de la Ley, y los ciudadanos tienen todo el derecho a testificar contra ellos en posibles irregularidades en el ejercicio de sus funciones. Nadie puede quedar impune de la Ley. La Ley es para todos.

3.- Las infracciones no se sujetan al ámbito penal sino al administrativo, no existiendo la tutela judicial y quedando impuesta cualquier sanción al ejercicio arbitrario del agente de seguridad, que sin responder ni ante un juez o fiscal de sus acusaciones, puede aplicar una sanción a cualquiera. Esto supone una grave violación de los derechos y libertades del ciudadano.

4.- Negocio redondo a consta de coartar nuestras libertades: Desproporción en las sanciones aplicadas, que suponen un gran negocio para quien ejerce la coacción y una gran estafa para quienes las sufren. Un suma y sigue que coloca a esta Institución del Estado, en un descrédito ganado a pulso. No sean Vds. cínicos cuando se les pregunta, ¿porqué la ciudadanía es tan desconfiada con la Justicia?.

Harían bien Vds. en tomar buena nota de las recientes declaraciones de Jose Antonio Ortega Lara. No descansaremos hasta que veamos en España una Justicia libre e independiente de las injerencias políticas.

En anteriores ocasiones, he manifestado mi rechazo a esta intromisión del poder político en los órganos de gobierno de la Justicia. Pero son los mismos integrantes del Poder Judicial, los que incumplen las reglas del juego y se avienen a ser manipulados por el poder político.

Sirva este correo, como muestra de lo dicho:

Estimado Sr. Hidalgo Romero,

Acusamos recibo a su formulario electrónico de fecha 10 de mayo de 2013.

Tras su lectura, le agradecemos la preocupación que nos traslada, significándole, no obstante, que la modificación de la regulación del Consejo General del Poder Judicial corresponde a las Cortes Generales.

Esta comunicación tiene carácter meramente informativo. La presentación de su queja no suspende los plazos establecidos en las leyes para el ejercicio de cualquier recurso, acción o derecho que pudiera asistirle.

Reciba un cordial saludo,

Montserrat Navarro García.

Letrado/a del Consejo General del Poder Judicial.

Consejo General del Poder Judicial.