La Apasionante Figura de Grigori Rasputín

Determinados personajes de la Historia, nos han dejado una huella imperecedera a su paso y han fascinado nuestra atención sobre ellos. Recupero aquí al incógnito personaje de Rasputín, que vivió en los dias del Zar Nicolás II de la Rusia imperial.

Alexei Nikolaevich, Tsarevich of Russia - Rasputin - Romanovs - Imperial Russia - Peter Crawford

Alexis Nikolaevich, príncipe heredero del trono.

Cuentan las crónicas, que Alexis, el único hijo varón del Emperador, padecía de una enfermedad incurable: la hemofilia. De nada servían los conocimientos más avanzados en medicina para curar su mal y una comitíva de médicos desde todos los rincones del mundo, habían hecho acto de presencia para probar fortuna en su curación. La tenacidad de sus padres por defender la vida de su hijo, no conseguía más que desembocar en una mayor frustración y desazón.

Fue alguien no identificado en el palacio, quien le habló a la Zarina de los prodigios de un campesino llamado Rasputín, del que las gentes sencillas hablában maravillas sobre los poderes que poseía. Estando tan comprometido el estado de salud de Alexis, la Zarina habló con el Zar para traer a este hombre a la presencia de Alexis.

Aquél hombre, de complexión corpulenta y mirada penetrante; mézcla de campesino y monje, con aspecto desaliñado, descuidada barba y cabello negro, se presentaba en el palacio de los zares, como la última carta que sus padres jugaban para salvar la vida de Alexis.

Su llegada al palacio de los Zares en San Petersburgo, causó un gran revuelo, por su rudo aspecto físico y apariencia descuidada, disonante con la exquisiteces y formas de palacio. La decepción se vió reflejada en todos los rostros de los presentes a su llegada. La tentativa suponía un recurso desesperado de los soberanos y conscientes de ello y sin ninguna razón aparente de confiabilidad hacia aquél hombre, se agarraron a una esperanza no fundamentada en la ciencia médica.

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La poderosa mirada de Rasputín, no dejaba indiferente a nadie que centrase su mirada en él. Decían de la misma, que sus ojos reflejaban extraños fulgores.

Lo que los médicos autorizados a ejercer la medicina no consiguieron con Alexis, se produjo con la sola presencia de Rasputín en la estancia del moribundo: la pérdida de sangre se detuvo. Transcurrían las horas y Rasputín no se apartaba del principe. En un sueño profundo, transcurrió la primera noche de Alexis en compañía de sus padres y familiares. Amanecía y la hemorragia había cesado por completo mostrando Alexis unos sintomas de mejoría claramente visibles, que se fueron acentuando conforme transcurrieron los dias.

La intervención de Rasputín en la recuperación de la salud de Alexis, le llevó a ser considerado como un estrecho consejero de la familia imperial. A pesar de su intervención, los síntomas de la hemofilia no cesaron, por lo que Rasputín, fue asignado como acompañante de la familia imperial y allá donde iba Alexis, allá iba Rasputín.

Aún hoy, es debatida la influencia que Rasputín ejerció en la política del imperio ruso, en aquella época. Suscitaba envidias, rivalidades y discusiones enconadas en los círculos de palacio, hasta tal punto de que pocos años después, sería objeto de conspiraciones e intentos de asesinato. El triste final de Rasputín, se veía venir, pero no sin antes, dejarnos con la boca abierta sobre los hechos que acontecieron.

Desde esos circulos de palacio, se estaba fragüando acabar con la vida de Rasputín, que suponía una interferencia difícil de esquivar, para los intereses de determinados individuos próximos a la familia real, quienes le asignaron el apodo de «Monje Oscuro».

Ante las tentativas de liquidarlo, fue cuando Rasputín demostró sus grandes prodigios que hoy conocemos gracias a su estancia en palacio. De otra manera, Rasputín, probablemente no hubiera sido conocido nunca.

Rasputín demostraba una y otra vez una gran resistencia a ataques físicos a su persona. Llegado el dia de la conspiración, dos personajes de la nobleza rusa, se dice que emparentados incluso con la familia imperial, se pusieron de acuerdo para dar muerte al «Monje Oscuro», acusándolo de agente secreto de los imperios de Alemania y el Imperio Austro-Húngaro, en guerra en ese momento con Rusia.

La importancia que Rasputín había adquirido en la corte de San Petersburgo había sido tal, que se relacionaba con un amplio abanico de miembros de la nobleza y con todo genero de funcionarios del régimen zarista. Aprovechando la confianza y el camino libre de sospechas que esto suponía, los dos conspiradores invitaron a Rasputín a una cena en el palacio de uno de ellos, el del príncipe Yussupoff, sobrino del Zar. La asistencia a estas comidas y cenas, no era nuevo para Rasputín y formaban parte de sus actividades en la corte del Zar. Muy dado a la bebida y a los dulces y pasteles, esta circunstancia fue utilizada para envenenarlo.

En el transcurso de aquella cena, llegados a un ambiente de camaradería y borrachera, una mano sigilosa conteniéndo una copa de vino con cianuro fue extendida hacia Rasputín. Aquella copa, junto con el suministro de un numeroso surtido de pasteles bien cargados de, una vez más, unas buenas dosis de cianuro, capaces de tumbar a un elefante, fueron consumidas con placidez por el pobre Rasputín.

El consumo de cianuro en el cuerpo humano, produce una parálisis respiratoria y convulsiones casi instantáneas. Asfíxia a la células impidiendo la llegada del oxígeno.

Pero, Rasputín no estaba dispuesto a morir como una rata. Pasaron los segundos y minutos y ante la disimulada mirada de sus verdugos, Rasputín ni se inmutaba ni mostraba ningún síntoma del efecto del envenenamiento!. Es más, ante la mirada incrédula de los dos cómplices, seguía y seguía comiendo pasteles envenenados!. El veneno no parecía hacer efecto en el cuerpo del «Monje Oscuro».

Muy nerviosos ya, mosqueados y viendo cómo seguía bebiendo y comiendo alegremente como un cosaco pasteles llenos hasta arriba de cianuro como para acabar con 90 elefantes, el tal Yussupoff sacó de la chistera su revólver y le descerrajó las seis balas que contenía, prácticamente a quemarropa. Rasputín habia sido herido de gravedad en el pecho y en su rostro. Cayó de bruces, derrumbándose sobre el pequeño taburete en el que apenas unos segundos antes, había estado comiendo tan feliz, pasteles de cianuro, como si de chocolate se trataran.

«Toda revolución pretende romper las cadenas de la esclavitud, pero una vez rotas, ya están preparadas otras cadenas… desde los tiempos de las cavernas nada ha cambiado. y nada cambiará, porque siempre se impondrá el más hartero, el más astuto y, a menudo, el más corrupto. y según la condición del pueblo, llevará el vestido de la dictadura o de la democracia. pero el hombre será siempre esclavo, aunque tenga la ilusión de ser libre…un día resurgirá el hombre libre, pero el pueblo será siempre »

Profecías de Grigori Rasputín.

Ni lo que el cianuro había podido conseguir, lo consiguieron las balas. Ante un claro caso de «muerte de necesidad», Rasputín se reincorporó, dejando estupefactos a los presentes con una mirada de fulgor en sus ojos, y disponiéndose a abandonar la sala. Antes de que lograra abandonar la misma, una marea humana se echó encima de él, dándole golpes con cualquier cosa que tuvieran a mano, incluído jarrones y utensilios de gran peso, destrozándo el cráneo de Rasputín.

Cuentan las crónicas, que Rasputín fue conducido secretamente a las riberas del rio Neva, a las afueras de San Petersburgo y arrojado a las aguas heladas del rio. La mirada refulgente de aquellos ojos de aquel rostro destrozado por el impacto de las balas, quedaría grabada en aquellos que condujeron el cadáver.

He traído a este post la figura de Rasputín, primero para dar a conocer el personaje tan fascinante sobre el que hablámos, apenas conocido. Y en segundo lugar, para llamar la atención de esas potencialidades latentes, que todo ser humano posee y que esperan ser despertadas.

Se tiene la certeza científica de que sólo usamos un 12 % de las capacidades de nuestro cerebro. ¡Un 12 %!. Personajes como Rasputín o Leonardo Da Vinchi, nos han demostrado, que conociendo el sendero del desarrollo de nuestra conciencia, podemos lograr despertar aquellas zonas del cerebro de las que hoy desconocemos sus funciones. Funciones que van más allá de los cinco sentidos. El ser humano ha rozado los confines del Universo a través de grandes telescopios y exploraciones espaciales, que aunque limitadas, permíten atisbar los profundos misterios del Universo. Mientras más exploramos, más nos damos cuenta de nuestra insignificancia en este majestuoso baile de energías. Pero también, de nuestra mayúscula ignorancia sobre los procesos que rigen en el Universo y que tratamos de interpretar desde una visión limitada por nuestro ego científico. Apenas hemos dado nuestros primeros gateos en el Cosmos como si de un bebé explorador se tratase.

No menos increíble es la exploración de lo que nos está aguardando sobre los misterios del ser humano. Apenas conocemos nada que no se circunscriba a las neurociencias y a los procesos y funciones fisicas del organísmo. Hay que decir, que esto por si sólo, «no es moco de pavo»! (no es nada desdeñable). ¡Hemos llegado muy lejos a un nivel funcional!. Pero el verdadero viaje, casi paralelo al del espacio, va a estar protagonizado por un completo conocimiento de todo el «paisaje cerebral», del cerebro humano, que conforme vaya explorándose en profundidad, va a revelarnos grandes sorpresas. Quizás en algún lugar, en alguna misteriosa y hoy por hoy inaccesible biblioteca, se encuentren las respuestas a nuestras búsquedas, preguntas e interrogantes. Sé que estamos muy cerca de ellas. Lo presiento. Además, añadiría, que el descubrimiento de estos procesos y funciones mentales, no va a ser el objetivo final de estos hallázgos, sino que llegaremos al significado final del porqué fueron creados.

Créditos Fotográficos: todas las fotografías publicadas en este post fueron obtenidas a través de internet.

UN SALUDO DESDE MOSCÚ A VISTA DE DRON!!