La buena gobernanza ó el colapso financiero.

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Detalle de la parte alta de la Cámara del Congreso de los Diputados, en Madrid.

Son muchos, los líderes políticos que a lo largo de la historia, no han sabido enfrentarse con las dificultades de crecimiento de la economía de sus países y han puesto no sólo a su propio país al borde del abismo, sino a las demás economías, interdependientes entre sí.

Los países de la Unión Europea, están haciendo un esfuerzo sin precedentes para controlar el endeudamiento y la ineficacia de la gestión pública. Se espera que para el año 2014, el escaso crecimiento que se produzca, se haga sobre sólidas bases económicas. El paso de gigante dado por Europa contrasta con la irresponsable política del gobierno de EE.UU. que sin ninguna hoja de ruta, ha ido rescatando gobierno tras gobierno desde la importante recesión de 2001, a la economía americana con dinero público, sin un organigrama coherente de actuación y control, contrayéndo una deuda de 16,4 billones de dólares a 31 de diciembre de 2012, deuda que está siendo avalada por China, su mayor acreedor*. Realmente no hace falta estudiar una carrera de economía, para darse cuenta de que EE.UU. ha entrado en un serio declive económico, fruto de las erráticas e insostenibles políticas llevadas a cabo a lo largo de estos años, para sacar adelante su economía. Sucesivamente los gobiernos inyectaron dinero en la economía sin un patrón de test – corrección. Los ciudadanos ignoran la incompetencia de quienes les gobiernan. Nombres como Greenspan, Ben Bernanke y otros parecían garantizar que todo estaba bajo control. Pero detrás de esos aparentes profesionales de la economía trabajando por resolver las recesiones económicas, no se escondía más que el puro pánico a qué hacer ante la falta de crecimiento y la adopción de la medida más fácil, que es endeudar a los países más y más para reactivar la economía. Así en el caso de EE.UU. como consecuencia del inicio de la recesión en 2001, 440 mil millones de dólares fueron inyectados al sistema en créditos y ayudas para la compra de vivienda en junio de 2002. Cuando estalló la crisis de las subprime a finales de 2008, el viejo y manido recurso a echar mano del incremento de la deuda pública para rescatar a los bancos en bancarrota por sus malas prácticas, arrojó un resultado de un nuevo incremento en esa deuda en más de 700 mil millones para tapar agujeros y pérdidas y salvar a los bancos. Otros 787 mil millones de dólares, ya siendo presidente el Sr. Obama, aprobó el Congreso americano, porque el sistema americano se colapsaba en febrero de 2009 por falta de liquidez. El paroxismo en esta historia llega hasta en considerar utilizar las pensiones y depósitos bancarios para financiar el déficit.

Mientras, en el año 2009, en España, el ex-presidente Zapatero, invirtió 50.000 millones de euros en incentivar la economía con el llamado Plan -E. dilapidando ese dinero del contribuyente sin obtener ningún resultado positivo, sin definir claramente qué objetivos se trataba de lograr, sin tener un criterio establecido de quienes recibirían el dinero y quienes no y unas condiciones claras y determinantes, de qué se haría con ese dinero y qué no se podría hacer para evitar el malgasto del dinero público. Eso no ocurrió y aparecieron aeropuertos fantasmas, polideportivos sin demanda real, centro culturales costosísimos realizados por arquitectos de renombre mundial… Para muchos ayuntamientos, esa lluvia de incontrolados millones fue una fiesta que duro poco…

Todas estas inyecciones de dinero han sido ineficaces y han mostrado que la economía sigue gravemente dañada, porque siempre se gastó más de lo que se tenía y porque la gestión de los recursos financieros de una significativa mayoría de los estados ha sido negligente, salvo en contadas excepciones. Cerca de un billón de dólares de deuda americana para incentivar la economía durante estos años pasados, sin resultado alguno. Sólo manteniendo al enfermo por más tiempo en estado vegetal. Desde luego, cuando menos, ni es realísta ni coherente con una mínima responsabilidad de cara al futuro. Estamos asistiendo a la decadencia de EE.UU. y con ella a la de todo un sistema capitalísta que tiene sus bases cimentadas sobre la desigualdad, la ambición desmedida y la especulación sobre las necesidades básicas de los pueblos, sin medir las consecuencias que este enfoque equivocado nos está trayendo ya a corto plazo con más virulencia. La crísis, aborda y plantéa un asunto moral más que el estríctamente económico.

 

THE PARTY IS OVER!

*EE.UU. ha traspasado la linea roja con su actual endeudamiento y su situación financiera, puede ser el origen de la mayor recesión mundial que hayamos conocido nunca en la historia reciente. Las recientes crisis, son un juego de niños, en comparación con el colapso que puede provocar esta amenaza para las demás economías mundiales. Entramos en una era del 100% de incertidumbre. Lo peor está por venir si no se atajan de raíz estas políticas económicas y se asientan las bases de una politica económica real y responsable. La variación de los intereses de esta deuda en sólo un punto por encima, puede incrementar de manera exponencial la ya de por si inaceptable deuda pública americana, poniendo en duda la solvencia para pagarla de una de las principales economías mundiales. Aquí ya no valdrán las altas calificaciones crediticias de las agencias evaluadoras de riesgo, porque habrán dejado y ya lo están dejando de ser, creíbles. Si EE.UU. pierde la confianza de sus acreedores, será el comienzo del fin de su liderázgo. Quizás, en esta extraña carrera de endeudamiento, la deuda sea lo que menos importe. Hay que recordar, que el papel moneda que es puesto en circulación por la FED (la Reserva Federal), no está respaldado por el oro, lo que significa que todo el sistema está montado bajo una gran farsa de poder económico. Esta fiesta de vivir por encima de lo que la realidad marca, debe de acabar ya. Este organísmo (la FED), permanece al margen de todo el sistema económico, sin ser objeto de auditorías ni inspecciones de ningún tipo. ¿Cual es la naturaleza real del mismo?. El significado real de las cosas, suele ser muy diferente a los razonamientos y conclusiones que el sentido común nos dicta.