La Importancia del Ahora

A veces, hay que echar la vista atrás y mirar con detenimiento todo el legado de conocimiento que nos dejaron aquellos que nos antecedieron. Todo lo que experimentamos, desde la soledad, la frustración, el miedo, la impotencia, hasta la alegría, la dicha, la fé, la paz, el altruísmo, ya fueron vividos por millones de personas antes, algunas de las cuales, nos dejaron verdaderas joyas para la posteridad.

Estamos olvidando lo esencial, lo invisible a los ojos físicos. Nos hemos dejado llevar por la corriente imperante de la superficilidad, de lo instantáneo, de las luces de neón. Casi diríamos que nos hemos convertido en robots de consumo. Hemos abandonado todo lo sagrado y el dinero se ha convertido en el nuevo ídolo al que adoramos constantemente. Ha socabado todos nuestros cimientos, haciéndonos más vulnerables y frágiles.

Esa conexión con el Ser, es lo que más valor tiene para el ser humano y lo que aporta sentido y significado a nuestra existencia. Retornar a lo simple, que no vulgar, descomplicándonos de nosotros mismos.

«La simplicidad no es fácil de comprender, pues es profunda. Apreciamos la vida simple pero no es tan fácil llevarla. En primer lugar debemos entender qué significa y luego vivirla. Ello concierne a la simplicidad interior, que implica soledad y libertad sobre los condicionamientos; el vivir sin influencias.»

La Práctica de la Visión Profunda. Dhiravamsa.

Este replanteamiento es lo que nos producen los shocks ante tragedias como las recientemente vividas. Ya sean ajenas o personales, nos reconducen rápidamente a una linea recta de riguroso análisis de nuestra propia vida, desde una visión que se convierte sorprendentemente en objetiva.

Dejamos a un lado nuestro pequeño papel en el escenario, para ser observadores privilegiados de nosotros mismos en fugaces momentos de lucidez. En un instante, toda la función puede interrumpirse y ver toda la desnudez y fragilidad de nuestra alma.

Persistímos en atesorar, cuando vinímos al mundo sin nada y nos irémos de él, sin tan siquiera lo puesto. Atesoremos lo único real, que es nuestro presente, intentemos vivir el momento como una experiencia maravillosa, sin preocuparnos excesivamente por el mañana, que no nos pertenece. Sirvan estas palabras introductorias, para presentaros este excepcional cortometraje. Mi deseo es, que recuperemos la conciencia del privilegio de estar vivos y de vivir esta gran aventura que es la del ser humano. Relancemos todo el potencial humano en nuestras vidas, cultivando los maravillosos dones que nos han sido entregados.

Cortometraje de Ismael Curbelo, ganador de la primera mención de la I Edición de Canarias Rueda. Isla de Lanzarote (Canarias).