Ciertamente, hemos sido testigos desde hace más de 60 años, de un verdadero salto en el conocimiento del Universo. La Nasa, la agencia estatal americana del espacio, nos ha proporcionado una visión del Universo, que nunca hubieramos podido imaginar.
Se han llevado a cabo investigaciones sobre el comportamiento de las galaxias, del comportamiento de la luz, de las estrellas, de los agujeros negros, de los ciclos del Sol y del Sistema Solar y de la propia Tierra, que han puesto en evidencia, la conexión que existe entre todos los cuerpos que integran el sistema interestelar. Conceptos como el «ruído de fondo», una especie de emisión de radiación, presente en el espacio, producido por lo que se supone lo ocasionó: un gran Big Ban o explosión, configura una de las hipótesis de la creación del mismo, desde un Universo primigenio. Las noticias sobre nuevos descubrimientos siguen produciendose y además con el aliciente de comprobar que determinadas teorías que se daban por sentadas, han sido puestas en duda, por esos nuevos hallazgos, que refutan cualquier suposición científica convencional, mostrándonos una complejidad sorprendente y desconocida. Todos estos estudios y descubrimientos, han sido acompañados de grandes hallazgos, como no podía ser menos en un Universo vivo y en constante cambio, que por una razón oculta, han sido filtrados y retenidos en su divulgación. No seamos ingenuos y desprendámonos de una vez, de la burbuja de limitado conocimiento en la que nos han estado sometiendo. Más pronto que tarde, todo debe salir a la luz pública, porque las evidencias se harán más claras cada vez con mayor intensidad, y sólo una voluntad inequívoca de ignorar los hechos, no será suficiente para que la conciencia de la Humanidad, alcance un estado de no retorno para conocer los misterios del Universo y del Ser Humano. «Podrán cortar todas las flores, pero nunca podrán detener la primavera». (Pablo Neruda)
Me gustaría referirme aquí a un hecho acaecido, que naturalmente no se divulgó por razones obvias. Este inquietante y fantástico suceso ocurrió en respuesta a un mensaje codificado que se lanzó al espacio en 1974: una transmisión digital de radio que la NASA emitió al espacio, en la que se describía la localización de nuestro planeta en nuestro sistema solar y a los seres humanos, nuestras bases matemáticas y nuestra ciencia, y nuestra estructura del ADN, con la esperanza de que una civilización avanzada pudiera descodificar esa información. En 2001, veintisiete años después, esa señal de radio emitida desde la Tierra, tuvo una respuesta en los llamados «círculos de las cosechas», que han aparecido en más de 30 países, pero sobre todo en Gran Bretaña. Un diseño de codificación similar al enviado, pero diferente en su contenido, apareció en un campo de cereales de Inglaterra, junto al lado de otro diseño de lo que parece ser, un rostro de un ser, a poca distancia, en lo que se considera como una respuesta a ese mensaje enviado años atrás al espacio. En él, se describe, guardando una simetría similar al diseño enviado por la Nasa, un Sistema Solar, un retrato del remitente en la figura de un ser con una prominente cabeza en comparación con su cuerpo, un ADN diferente al nuestro y un sistema de comunicación a través de microondas, diferente al sistema nuestro de radio. Un año antes en esa misma zona había aparecido una representación gráfica de ese sistema de emisión.
El mensaje de la Nasa fue enviado desde Arecibo, en Puerto Rico, el 16 de noviembre de 1974.
Los átomos básicos de estos seres, parecen ser los mismos que en los seres humanos, con un añadido especial: el silicio. No se sabe con qué función está ligado al carbono. La hipótesis que se baraja es que estuvieran en una dimensión diferente. La estructura del ADN conserva su parte materna, pero no su lado paterno, pudiendo ser una especie de híbrido, poseyéndo una secuencia de nucleótidos en el genoma, mayor que en los seres humanos, que no ha podido ser manipulada de manera artificial sino por propia evolución. Su aspecto exterior es pequeño con una gran cabeza. En 1974 la población mundial era de 4.292 millones 892 mil habitantes en la Tierra. La población de estos seres fue descodificada en 5.000 millones de seres.
Respecto al Sistema Solar representado en el mensaje de Chilbolton, se sitúa en el tercer planeta, en la parte superior, la figura del ser humano!, mientras que la figura de estos seres se sitúa sobre 3 planetas y algunas de sus lunas, del quinto planeta de este mismo sistema solar.
Lo más llamativo sin embargo, es el mensaje textual que se recibió:
«Cuidado con los portadores de los falsos regalos y de sus promesas rotas. Mucho dolor pero aún hay tiempo. Crean que hay bien ahí fuera. Nos oponemos a los engaños. Conducto cerrándose». 0 x 07