Para aquellos que aman esta ciudad, seguro que este título con el que encabezo este post, no va a atraer su atención, más que en una rápida ojeada del contenido. Un foráneo como yo, no puede conocer todos los secretos de la ciudad, pero si recomendaros algunos de los lugares que he tenido la oportunidad de visitar. Siempre desde la perspectiva de mis propios intereses: arquitectura, historia, arte, monumentos. Para hacerse una ligera idea de la dimensión de la ciudad, tendrás que invertir al menos una semana en recorrerla y eso será poco, porque te faltará tiempo. Andándo es el mejor medio para descubrir sus secretos. Por ella, pasa el río más grande de Gran Bretaña que determina en gran medida la percepción del alma de la ciudad.

ABADIA DE WESTMINSTER

En mi última visita hace apenas un mes, quise visitar algunos de los lugares más emblemáticos como la Abadía de Westminster, que en mis anteriores visitas a la ciudad, se me resistía. En esta ocasión todo jugó a mi favor y en apenas unos segundos estaba contemplando una singular estancia histórica, sintiéndome un privilegiado por estar allí. No solo es fascinante la energía del lugar, sino comprobar la acústica del templo gracias al Coro de la Abadía de Westminster. Asistir a un servicio religioso con la participación del Coro, es una experiencia única. Aquí han sido coronados todos los reyes de Inglaterra y aqui también han sido despedidos. Hasta aquí llegó el cuerpo sin vida de la Princesa Diana, acompañándolo este maravilloso coro. Es obsesiva la vigilancia en el interior del templo para evitar que se hagan fotografías. Puedo comprenderlo hasta cierto punto, cuando soy testigo de que unas personas, por su posición social, pueden hacer fotografías, pero otras no.

Mención especial merece el claustro de la Abadía de Westminster. Vuelvo a referirme otra vez a esa atmósfera particular que encuentras en los lugares cargados de historia. Los corredores parecen haberse quedado detenidos en el tiempo y te transportan a un universo paralelo.

LOS EDIFICIOS ICONO

Mi ruta continúa por Londres sin perder de vista los edificios que a mi paso voy descubriendo. Entre ellos, están estos tres tesoros del viejo Londres: la tienda de curiosidades llamada Old Curiosity Shop; el edificio de la escuela fundada en 1688 y finalmente el edificio que alberga el pub llamado Albert, inconfundible porque su presencia se hace muy evidente en medio de un entorno que ya no es el suyo. Son joyas de ese viejo Londres, que se resiste a desaparecer.

El dinamismo de la ciudad se ve reflejado en la construcción de nuevos edificios de gran innovación arquitectónica. Al skyline de Londres se ha sumando el llamado «The Shard» del arquitecto Renzo Piano, considerado el edificio más alto de Europa.

De reciente construcción y atrevido diseño, el llamado «Walkie Talkie» quiere comunicarnos que no tiene espacio en la base para crecer a lo ancho, pero que sí lo puede hacer en lo alto, cuando el cielo es el único límite. Viene a integrarse en la ya numerosa familia de edificios modernos que la ciudad tiene.

 

El controvertido edificio del diseñador Richard Rogers, no debe de dejar a nadie indiferente. Recuerda a una instalación industrial. Con un bar en la planta baja, su acceso al público está limitado, ya que alberga una compañía bancaria.

Otro edificio de gran belleza es el que alberga la estación en donde parten los trenes que comunican Londres con París a través del Estrecho de Dover. Es el llamado King’s Cross Sant Pancras, que comparte su funcionalidad de estación con un hotel. Está considerado como uno de los edificios más importantes en el listado del patrimonio de Gran Bretaña.

Accediendo a través de una puerta de una transitada y céntrica calle de Londres, entramos en una desconocida área de la ciudad, en donde se encuentra ubicada la Iglesia del Temple. Los horarios para visitar el interior del templo fluctúan mucho y hay que consultar previamente los servicios religiosos. Data de alrededor de 1185 y en ella se encuentran las efigies de algunos caballeros templarios.

EL GRAN INCENDIO DE 1666.

Una fecha fatídica en la historia de la ciudad de Londres fue la de 1666 en la que se propagó un gran incendio que destruyó una importante área de la ciudad. El Niño de Oro de Pye Corner, indica el lugar donde el incendio se detuvo y la columna llamada «El Monumento», recuerda donde se inició aquel 2 de septiembre. Fue construida en 1677 y en su época fue la columna de piedra más alta del mundo. Actualmente es visitable el mirador subiendo por unas escaleras en forma de caracol.

En anteriores años, visité el British Museum; The Tate Gallery of Modern Art; The National Gallery y el Victoria Albert Museum, con la particularidad de que la mayoría de los museos en Londres son gratuítos. Lo bueno de esta ciudad es, que nunca acabas de hartarte de ella. Siempre hay cosas que ver y motivos para volver.
El Palacio de Westminster alberga las dos Cámaras del Parlamento del Reino Unido. Es junto con la Abadía de Westminster, Patrimonio de la Humanidad. La visita guiada para los residentes en U.K. es gratuita previa reserva. Sin embargo para los visitantes extranjeros el precio gira en torno a los 25 euros. Una alternativa es hacerse una primera idea de lo que te vas a encontrar mediante una visita virtual al Palacio a través de la página web oficial del Parlamento: www.parliament.uk
Impresiona la belleza del edificio. Es fabuloso.