Siempre he pensado que todos los animales, deben de estar en libertad. Y que los zoológicos, no deben de ser un recinto meramente expositor de animales, sino centros de investigación en los que se alcance el máximo conocimiento sobre cada especie, para aplicarlo a su protección en el medio natural en el que viven. Sin olvidar su carácter didáctico. Pero no oculto, que siempre me entristece ver recluidos a los animales.

Recientemente tuve la oportunidad de visitar un paraje natural llamado Peña Escrita. Es una instalación apenas conocida en España, que reúne a un sin fin de animales de los más diversos puntos geográficos del mundo. En ésta ocasión he de decir, que por una vez, sentí que los animales en general se encontraban bien y bastante cuidados. A pesar de ello, algunas excepciones como el Lince Boreal o las aves rapaces, volvían a retomar la visión de libertad que considero prioritaria para los animales.

El lugar conserva un ambiente, que no es el de un típico parque lúdico, en el que lo único que se persigue es la explotación económica a través del señuelo de ver especies animales. Lamentablemente hay muchos recintos así y deberíamos plantearnos desde ya, qué fines además de la exhibición de especies, persiguen. Si son con fines lúdicos, o meramente educativos, quizás no se justifique su existencia. Si son con fines de conservación e investigación, podríamos considerarlos útiles. La cuestión es, que no podemos utilizar a los animales como moneda de cambio para su explotación económica.

Haciendo esa salvedad sobre algunas especies que se encuentran en este Parque Natural, el lugar puede considerarse excepcional y merece de por sí, una visita. Los animales que podemos ver, son de lo más variopintos. He visto avestruces, ciervos, jabalís criando a sus jabatos (casi nos damos contra un árbol, por contemplar la escena), lobos, hienas, aves rapaces como el búho real o el cernícalo, leones y leonas, lémures, el antedicho lince boreal, caballos, bisontes, monos, el oso pardo…

El recinto se despliega a través de una serie de zigzagueantes curvas con pronunciada pendiente, que llegan a la cima del monte. En mitad de ese recorrido, se encuentra uno de los dos restaurantes que ofrecen un menú a la carta y justo detrás una piscina para uso y disfrute de los visitantes a un módico precio la entrada.

Las vistas que se despliegan desde esta piscina, son impresionantes, viéndose desde allí parte del sinuoso recorrido previo a la entrada en el Parque, además de contemplar a lo lejos, la costa granadina y el inspirador azul del Mar Mediterráneo. El lugar, está sembrado de rutas para hacer senderismo y dispone de diferentes modelos de cabañas que se alquilan por días para hacer de esta visita una experiencia inolvidable.

He consultado con la Dirección del Parque, de qué manera logran mantener el recinto, porque el mantenimiento de todos los animales es costoso y estoy a la espera de una respuesta para conocer más sobre Peña Escrita. Me consta, que existen apadrinamientos de empresas sobre los animales y me parece una acción fabulosa para sostener económicamente este emblemático parque. Peña Escrita, se encuentra en las inmediaciones del pueblo granadino de Almuñécar.

Podéis obtener mayor información, a través de la página web oficial del Parque Natural de Peña Escrita. No dejéis de intentar ir. Lo ideal, es hacer una visita de dos o tres días, para disfrutar del paraje, quedándose alojado en las cabañas por un par de noches.

Página Web Oficial de Peña Escrita.