Un gran clamor mundial ha sido expresado ante los recientes acontecimientos producidos este mes de agosto en la franja de Gaza, por el bombardeo por parte de Israel, de este territorio palestino. En menos de un mes, más de 1900 palestinos muertos sin olvidarse de los más de 400 niños asesinados.
Un conflicto que lleva enquistado décadas y en el que Israel parece no querer avenirse a ningún acuerdo. El brazo armado de los palestinos, Hamas, no lanza bombas gratuítamente, sino que se están defendiendo como pueden de una ocupación, expoliación, control de recursos y colonización ilegal de sus territorios.
Es tremendo que aún estemos resolviéndo conflictos con el uso de las mortíferas armas y que deberían de resolverse con la única y exclusiva utilización de la negociación, un término que hemos relegado para situaciones «in extremis». La guerra no resuelve nada, sino que perpetúa las heridas y el odio. Desenquistar las negociaciones debe ser lo más importante, para dar protagonísmo a los habitantes de los territorios afectados, siempre desde una posición basada en la justicia y no en el componente emocional. No habrá nunca un acuerdo si ese acuerdo no se establece sobre bases justas y no sobre imposiciones.
Incluso en el ámbito de los métodos de negociación, se ha avanzado mucho y debe darse el protagonísmo principalmente a las personas (no a los políticos), a los intereses en juego y a prestar atención a las diferentes opciones posibles existentes antes de tomar una decisión en caliente, que pueda seguir perpetuando las posiciones radicalmente enfrentadas. Los acuerdos deben basarse en objetivos comunes.
Son muy desafortunadas las declaraciones de algún político israelí, afirmando que los daños a la población civil son inevitables y que la culpa la tiene el otro. Demuestran una desfachatez y un sentido de la realidad, completamente fuera de lugar. Igualmente que un representante de una iglesia, diga que hay que rezar por Oriente Medio, como si Dios tuviera la solución a un conflicto creado exclusivamente por los hombres y cuya solución debe provenir exclusivamente de ellos. Es tan deleznable lo que a veces tenemos que escuchar!.
«No voy a ser silenciado cuando Israel comete sus crímenes contra los palestinos y considero que no hay nada más despreciable, que usar el sufrimiento y el martirio de ellos, para intentar justificar la tortura, la brutalidad, la demolición de hogares, que Israel comete diariamente contra los palestinos»
Norman G. Finkelstein

Norman G. Finkelstein, es escritor estadounidense y experto en ciencia política, especialmente en temas como el Judaísmo, Israel y Palestina. Activista en defensa del pueblo palestino, entre algunos de sus libros publicados, destaca «La Industria del Holocausto», editado en la editorial española Siglo XXI de España Editores.
Efectivamente, se acaba ya el tiempo para Israel y sus frívolas negociaciones vacías de contenido y compromiso. ¿Por qué?. Pues porque millones de ciudadanos en todo el mundo estamos ya hartos de asistir a este espectáculo de crimen legalizado y vamos a exigir el fin de este conflicto, mediante vías expeditas y prácticas. Mención especial merece la distancia con la que el gobierno del Reino Unido se mantiene respecto de este conflicto, como si no fuera suya la cosa, cuando ha sido el causante de todo este desaguisado. Tanto palestinos como israelíes a un lado y otro de la frontera, quieren convivir en paz, pero todas sus demandas son ignoradas. Vamos a despojaros del poder que ahora tenéis, pero también, deberéis responder de vuestros crímenes en un nuevo tiempo* en el que ninguno de vuestros actos quedará impune.
Me he preguntado muchas veces, como fue posible que todo un pueblo asistiera imperturbable a las atrocidades que se cometieron en la Alemania nazi sin oponer la más mínima resistencia. El miedo es un arma poderosa, que siempre ha sido usado para doblegar voluntades. De alguna manera, nosotros en la actualidad estamos sumidos en lo que George Orwells narraba en su obra «1984» como la droga «soma», que no permite dilucidar ya lo que está bien y lo que está mal. Un profundo sueño de indiferencia ante el dolor ajeno, que vemos como algo lejano a nosotros. Debemos de mirar al frente y encarar la violencia y el mal con nuestra frontal y pacífica oposición.
El principal riesgo de una negociación desigual, consiste en que deje sin aprovechar muchas posibilidades de creación de valor para ambas partes, que afecte adversamente la relación entre las partes y que limite el desarrollo futuro de ambos.
Es muy probable que la negociación desigual finalice con una solución impuesta por el actor más fuerte. Esa solución impuesta, puede ser exactamente la solución preferida por el actor dominante o estar muy cerca de esa solución. La parte dominada, si decíde aceptar la solución impuesta, probablemente esté logrando algo mejor que su alternativa externa, pues, de lo contrario, no sería lógica aceptar la solución impuesta, pero estará muy poco satisfecha con lo obtenido, con el proceso de negociación y con el hecho de sentirse sometida al dominio de la otra parte. La solución impuesta, incentivará a la parte dominada a buscar otras alternativas o a reforzar su posición para desquitarse en la próxima ocasión que deba negociar con la otra parte. Parece estar muy claro que la solución impuesta en una negociación desigual es muy indeseable cuando se está del lado débil y que podría no ser aconsejable cuando se está del lado fuerte. Sin embargo la mayoría de las negociaciones desiguales, terminan en ruptura de la negociación o en un acuerdo casi totalmente impuesto por el lado fuerte. Esto parece ser lo normal. Si al inicio de la negociación, el poder relativo de las partes es muy desigual, es muy probable que el resultado del proceso, no sea muy exitoso.
La Negociación Desigual. Dr. Ramírez Arango.
*Un nuevo tiempo, si, radicalmente diferente, en el que las estructuras políticas van a ser sustituídas paulatinamente y en la que la verdadera administración de justicia, estará lejos de las manos de los gobiernos. Sobre éste asunto de la administración de la justicia, quien hubiera pensado, que en los «Juicios de Nuremberg», no estaban todos los que tenían que estar, porque una potencia se encargó de hacerlos desaparecer para su causa. El FBI desclasificó este año documentos que prueban que se facilitó la huída a Hitler de Alemania así como a diferentes científicos, directamente implicados en el desarrollo de la bomba V2, como Wernher Von Braun y genetístas y científicos que habían torturado y asesinado a miles de seres humanos en los campos de concentración. La noticia ha pasado muy desapercibida en los medios, pero tiene una repercusión increíble a pesar de los años que han pasado, que no son tantos.
THEODOR HERZL EN SU DIARIO
«Es esencial que los sufrimientos de los judios empeoren, esto ayudará en la realización de nuestros planes. Tengo una excelente idea; voy a inducir a los antisemitas a liquidar la riqueza judia. Los antisemitas nos ayudarán y con el propósito de apropiarse de su riqueza, reforzarán la persecución y la opresión de los judios. Los antisemitas serán nuestros mejores amigos».
RECORDANDO A RACHEL CORRIE.
En 2003 esta joven activista estadounidense del Movimiento Solidaridad Internacional, fue aplastada por una excavadora militar israelí mientras se manifestaba pacíficamente en la franja de Gaza. Trataba de impedir la demolición de viviendas palestinas por parte del ejército israelí. Un tribunal superior de Haifa, exculpó al ejército israelí de la muerte de la activista, arguyendo que la chica se había puesto en situación de riesgo, declarando su muerte como un accidente que ella provocó contra si misma.